A mi, lo que me resulta muy difícil tolerar es que un vecino te denuncie sin que, previamente te haya pedido que moderes el volumen...
Por encima de la normativa está el diálogo y el respeto no es unidireccional e imagino que algún que otro vecino "amargao" ya le habrá salido el tiro por la culata...
Estoy seguro que, en más de una ocasión el que actúa de mala fe no es el músico, (que al final es su pasión), sino el que denuncia, que no siempre le motivará la "molestia" tanto como el hecho de joder al vecino.
Pero como ésta sería la parte subjetiva dentro de los valores establecidos, (excepciones aparte de algún que otro "mozalbete" verdad?), me parece una gran idea, como dice Nela, descargarse una aplicación que mida los decibelios...
Y luego, que salga el sol por donde salga!
Mi salón ahora mismo con la tele encendida, el balcón abierto y nadie hablando.
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#18
Pues esperemos que ninguna campaña mediática introduzca en el manual del politicamente correcto la preocupación por la contaminación acústica y la agresión que supone sobre los derechos del ciudadano pq se acaba el practicar la música para el ciudadano medio
Bueno, también hay que entender como están hechos muchos pisos en este país. Desde los 60 en que comenzó la cultura del ladrillazo que todos conocemos, fruto de la tecnocracia del Opus Dei que dirigió y sigue dirigiendo técnicamente el País a partir de la apertura (nadie se cree que un general ascendido por no tener escrúpulos y que no leyó más que extractos de la biblia y un tratado de artillería y estrategia militar junto a su cuñaó el abogado hayan sido capaces de gobernar un País)(al igual que hoy en día un personaje que no entiende su letra, le cuesta hablar correctamente y no sabe ni una palabra de inglés sea capaz de gobernar ni su retrete) hasta hoy en día, se han construido pisos y más pisos sin pensar en absoluto en la gente que viviría allí: cocinas pequeñitas para la señora de metro cincuenta, pasillos oscuros e inútiles, falta de luz y ventilación, puertas de papel maché, etc. Uno de los grandes problemas es que los muros que separan las casas, en muchas ocasiones, no son más que paredes formadas por una fila de ladrillo y yeso. Y en estos pisos muchas veces es donde nos vemos obligados a vivir. Y esto se tiene que entender.
Lo ideal es ponerse de acuerdo con los vecinos, preguntar, dar a entender al vecino que el diálogo y la comprensión son fundamentales y tomar conciencia de la estructura de las casas en las muchas veces vivimos.
Como han dicho, puede que tú seas un cafre con el sonido o que tus vecinos sean unos verdaderos amargados que disfrutan imponiendo su infelicidad al resto de seres humanos con los que se topan. Pero en circunstancias normales, el diálogo, la empatía, la tolerancia y la organización de horarios deberían ser la tónica. Hay que pensar que los seres humanos en su mayor parte vivimos apiñados en la gran ciudad en pisos con paredes de papel cartón y que hablar con la comunidad y entender, comprender y respetar a tus vecinos debería ser básico. De hecho, por ahí empieza la política.
Lo que ha dicho Frasko en #7 me ha parecido muy acertado.