El tema que tocáis me parece muy interesante y uno que hace años me trajo no pocos dolores de cabeza.
Pero no coincido con algunos de vosotros.
Mi dolor de cabeza se resolvió cuando llegué a la conclusión de que no me parece razonable juzgar el trabajo por la persona ni la persona por su trabajo.
Es decir, hay muchas personas que, como ahora todo Cristo tiene opinioncita y mucha urgencia por compartirla, les leo u oigo y pienso: “Vaya tela de persona” pero eso no tiene nada que ver con su trabajo. Su opinión sobre el mundo es suya, otra vaina es que ya nadie quiera tener intimidad.
Y así, hay directores de cine que me caen mal, escritores con los que no comparto nada de su visión del mundo y músicos con los que no estoy de acuerdo en absoluto (ejem, Anselmo bebiendo vino blanco con poder y tal, ejem) y me gozo sus trabajos cual gorrino en una cochiquera (varias veces al año vuelvo al Nola, porque me parece un discazo tremendo, por ejemplo).
Con lo que decía que no estoy de acuerdo es que yo no consigo superar el mensaje de las letras. Para mí las letras sí que son una parte muy importante de la canción. Si no puedo compartir tu mensaje, me da igual instrumentalmente. De la misma manera, leo libros con los que no estoy de acuerdo en absoluto, pero no dejan de ser obras a las que me acerco para conocer otros puntos de vista, pero si el punto de vista no me convence pues... muy bien, un punto de vista distinto, pero no es como las obras de las que sí disfruto.
Vamos, que la vida de cada uno para cada uno. Creo que los artistas tienen vida pública y vida íntima. Me interesa su obra. Su vida pública tirando a muy poco y su vida íntima me la trae al pairo.
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Creo que nadie lo resumió mejor que Enrique Urquijo en esta frase...
"Pero como explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario"
No hace falta poner ejemplos de auténticos "anticristos" que han creado bellísimas obras de arte dentro de cualquier disciplina,todos conocemos demasiados.
Definitivamente...the song,not the singer.
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Creo, leyendo los comentarios, que sí nos afecta, que el artista defiende nuestros valores tiene un punto mas a su favor a la hora de valorar también su obra, pero cuando no nos gustan sus ideas o actos, miramos hacía otro lado y decimos que sólo hay que valorar su obra, inconscientemente nos creamos un escudo para sentirnos mejor.
#28 A mi, particularmente, me tira de un pie que sea muy majo o me parezca lo peor del mundo.
No busco en el mundo de la cultura a mis referentes morales.
Me pasa completamente, no aguanto ni a Bunbury ni a Sabina ni a Loquillo, y se me atragantan musicalmente, por muy buenos que sean.
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Coincido con #2 que no deberia, pero a mi de las personas que aprecio sus obras musicales cuando se van "al pasto" si que me llega.
Yo soy seguidor de Héroes y luego de Bunbury en solitario. Y las últimas opiniones, que está en su derecho de exponerlas, respecto a la pandemia, me jodieron.
No voy a dejar de escuchar sus discos (aunque los últimos.... bueno) Ni dejar de ir a sus conciertos que hay que decir, que son muy buenos. Pero me jode. No debería, quizas. Pero me pasa.
#30 Veo y subo a Calamaro. Y sin embargo son buenos músicos y tienen temas incluso excepcionales en algún caso.
Loquillo, Sabina, Calamaro... Bertin Osborne. Coñe, que estoy haciendo la digestión.
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