#60 Ya te digo, los artistas no son nuestros amigos, ni siquiera son conocidos. A los artistas no los elegimos por nuestra amistad o ideas afines; los elegimos por su música. Salvo en el caso del anarcopunk o del rock radical abertzale (que no del punk rock en general), donde la política importa y mucho por encima de la propia música, en el resto de estilos un fan ni se molesta en conocer cuál es la ideología política del músico en cuestión.
Cuando nosotros empezamos a escuchar a Iron Maiden o Judas Priest a principios de los 80, los escuchábamos por su música, no por sus ideas ni su visión de la vida, los fans del heavy metal por lo general nunca se preocuparon de las ideas políticas que tuvieran sus grupos favoritos, algo que siempre les criticaron los anarcopunks y okupas. No fue hasta la aparición de bandas como Soziedad Alkohólika o Su Ta Gar, cuando parte del sector metálico empezó a interesarse por la política.
Y sobre el punk igual. Ya me diréis si los que empezaron a escuchar a Ramones allá por 1977 lo hacían por sus ideas y por el contenido reivindicativo de los textos de sus canciones. De ninguna manera. Escuchaban Ramones porque les hacían vibrar y punto. Posteriormente se supo que Ramones eran patriotas yanquis y algunos de ellos incluso derechistas, pero a mucha gente no le importó, excepto como siempre a los anarcopunks e izquierdistas radicales. Los primeros grupos del punk no eran políticos, ni Ramones, ni Sex Pistols, ni The Damned; sólo The Clash lo eran algo más. Pero no fue hasta la llegada de la banda Crass, formada por ex hippies que habían vivido el Mayo 68, cuando empezó realmente el anarcopunk y a formarse esa especie de "tribunal" de lo políticamente correcto que persiste hasta nuestros días, que sentencia que bandas se deben escuchar y que bandas se tienen que boicotear o al menos condenar al olvido. Pero el punk rock en su nacimiento no fue político.
Bueno, esto ha sido haciendo referencia a las ideas políticas de las bandas y artistas. Ya en el terreno estrictamente personal, cada cual decidirá si escucha a un artista o por el contrario lo destierra al olvido. Repito que los artistas, ni son nuestros amigos ni son nuestros conocidos y nuestra "relación" con ellos es estrictamente musical.
Cuando nosotros empezamos a escuchar a Iron Maiden o Judas Priest a principios de los 80, los escuchábamos por su música, no por sus ideas ni su visión de la vida, los fans del heavy metal por lo general nunca se preocuparon de las ideas políticas que tuvieran sus grupos favoritos, algo que siempre les criticaron los anarcopunks y okupas. No fue hasta la aparición de bandas como Soziedad Alkohólika o Su Ta Gar, cuando parte del sector metálico empezó a interesarse por la política.
Y sobre el punk igual. Ya me diréis si los que empezaron a escuchar a Ramones allá por 1977 lo hacían por sus ideas y por el contenido reivindicativo de los textos de sus canciones. De ninguna manera. Escuchaban Ramones porque les hacían vibrar y punto. Posteriormente se supo que Ramones eran patriotas yanquis y algunos de ellos incluso derechistas, pero a mucha gente no le importó, excepto como siempre a los anarcopunks e izquierdistas radicales. Los primeros grupos del punk no eran políticos, ni Ramones, ni Sex Pistols, ni The Damned; sólo The Clash lo eran algo más. Pero no fue hasta la llegada de la banda Crass, formada por ex hippies que habían vivido el Mayo 68, cuando empezó realmente el anarcopunk y a formarse esa especie de "tribunal" de lo políticamente correcto que persiste hasta nuestros días, que sentencia que bandas se deben escuchar y que bandas se tienen que boicotear o al menos condenar al olvido. Pero el punk rock en su nacimiento no fue político.
Bueno, esto ha sido haciendo referencia a las ideas políticas de las bandas y artistas. Ya en el terreno estrictamente personal, cada cual decidirá si escucha a un artista o por el contrario lo destierra al olvido. Repito que los artistas, ni son nuestros amigos ni son nuestros conocidos y nuestra "relación" con ellos es estrictamente musical.