#320
El problema de las 3/4 es que estrechan pero también acortan los trastes, lo cual la aleja aún más de las acústicas y eléctricas, que a fin de cuentas tienen mayor similitud entre los anchos y distancias entre trastes.
Luego, y aunque ésto es parcialmente arreglable, las clásicas suelen manejar acciones bastante altitas.
Mi solución, en un momento dado, y tras muchos años sin apenas tocar otra cosa que acústica y ocasionalmente eléctrica, para volver a la española, fue comprarme una guitarra flamenca, que tienen la acción algo más baja que las clásicas, y si están bien hechas, mantienen muy buena sonoridad.
Como en todo, hay distintos niveles y calidades.
No quería comprarme una flamenca hecha fuera de España, por más que haya quienes las fabriquen bien allende los mares, e incluso marcas como Manuel Rodríguez fabrican sus series baratas en Asia.
Tras mirar las Alhambra, que en sus líneas económicas mantienen un nivel decente (aún conservo mi vieja Alhambra española de 1973, con la que aprendí a tocar), y que me fueron recomendadas, recalé en la tienda de un conocido luthier madrileño, hijo de luthier, y amigo de un amigo mío. Pensé que iban a ser demasiado buenas y demasiado caras para mi sus guitarras, pero cuando le expliqué lo que buscaba, algo para tocar cosas mestizas, y que me sirviera lo mismo en un bolero, en un tango argentino, o en una bulería, me sacó directamente una maravilla de tapa sólida de abeto y cuerpo de palorrosa contrachapado. La guitarrita se tocaba sola, pero además, fue hacerle sonar el primer acorde y me enamoró su sonido dulce y cálido. Probé otras dos, de cedro, una de ellas maciza y con el mástil hecho a mano por el propio artista, no por su taller. La maciza me dejó flipando, además de sonar flamenca a rabiar, tenía un fondillo de sonido ácido, que si la metes al blues casi se tira hacia Grateful Dead.
Me lo pensé 24 h., y me decidí por la que me había robado el corazón al primer acorde, que por supuesto quedó bautizada de inmediato como La Juana, por parte de su padre (Juan Alvarez, hijo, la tienda está en el centro de Madrid y tiene web). La guitarrita me ha dado muchas alegrías y ningún sinsabor, la bossa suena muy rica, y hasta las baladas de los Beatles te las saca que ni pintadas. Al cabo de unos meses, y todavía con la maciza de cedro enganchada en la memoria, me fui a por esa otra, más flamenca, y con un mástil tan rápido que al tocarla parece que te pasas de frenada...
A mi me ha solucionado perfectamente el tema de la guitarra española.
Aún siendo de luthier, los precios son asequibles, no sé a cómo las venderá ahora, pero la primera que me compré, hará como año y medio, me costó 1000€, que en una guitarra de ese nivel, y comparada con bastantes que probé de distintas marcas (Alhambra, Rodríguez, Sanchís, Conde y alguna otra que ahora no recuerdo), era francamente barata (mínimo, un 30% menos), y no sólo no peor, sino mejor que todas las que toqué de similar nivel.
Luego, ya si te metes en una flamenca negra, de palorrosa macizo, se dispara el presupuesto, pero yo no tengo nivel para eso, así que con las dos que tengo me estoy arreglando muy bien. Eso sí, no toco con ellas música clásica, sólo canciones populares, de por ahí por el mundo, creo que se puede tocar con ellas clásica para andar por casa, pero no para actuar en directo, obviamente, para eso sería mejor una española con acción más alta. De estás también fabrica el bueno de Juan, por cierto, y andaba intentando sacar una línea de acústicas, de las cuales probé un prototipo que sonaba francamente bien (estilo Yamaha APX, pero más consistente, lástima que las mandó hacer a China -con sus planos- y no le gustó cómo las hicieron los asiáticos, no sé si habrá conseguido solucionar los problemas y sacarlas por fin).
Aquí las Juanas, la morena y la rubia, no son acústicas, pero se compaginan muy bien, para mi gusto.
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