Corria 1999. Esta historia que viene a continuacion la he contado ya en algun otro hilo pero la voy a repetir de nuevo aqui.
Por aquellos dias colabore en la seleccion de acusticas de primer nivel con Madinter , lugar donde compraban la madera, la mayoria de los constructores de acusticas de mayor prestigio , tales como CFMartin, SCGC, Bourgeois, Larrivé, Collings, Lowden, Taylor etc.y varios fabricantes japoneses para su mercado interior; compraban muy especialmente Dalbergia nigra ,palosanto de Brasil o mas comunmente llamado en españa por los especialistas del gremio como simplemente Rio.
Mi colaboracion se basaba en la eleccion de una serie de modelos que, con maderas aportadas por Madinter, fabricarian guitarras para la empresa al existir un proyecto de apertura en la misma nave , de un salon de la guitarra de primera categoria.
Eran expertos y exportadores de guitarras clasicas y flamencas a todo el mundo pero no tenian experiencia en acusticas.
Alli conoci a casi todos los responsables de esas guitarras.
Era un sabado a primera hora y me pidieron si podia llevar al aeropuerto al responsable de la compra de madera para Collings para poder acceder al avion de Miami, desde donde cambiaria de avion para llegar a Austin en Texas. Algo que ademas del placer de hablar un rato mas con el de "asuntillos" guitarristicos, el trayecto me venia casi de camino a mi casa en el NE de Madrid.
Su nombre es Bruce Van Wart, un tipò muy agradable y amistoso que ya habia conocido el jueves anterior y con el que habiamos coincidido en muchas cosas, desde guitarras hasta otros asuntos menos romanticos.
Le encantaba España y hasta me comento que la zona de Colmenar, sierra norte en su parte mas llana le recordaba mucho a Texas, hasta las vacas.
Pero Iberia lo dejó en tierra por overbooking y le ofrecieron una plaza al dia siguiente ademas de hotel pero, yo le ofreci mi casa en el pueblecito en donde habito y de esta forma podria toquetear mis guitarras y acepto encantado, el bono para el hotel, dos comidas y desayuno, se le convirtió en genuino cash...cosa que le hizo muy feliz. y tambien a mi porque el que la hace , la paga..y eso me gusta muchisimo, sea quien sea el que afloje la mosca.
No voy a contar todo lo que hablamos desde las 11:00 aproximadamente de la aquella mañana, en el coche, en el aeropùerto y en nuestra casa. Comio con nosotros y el resto de la tarde hasta la medianoche, todo fueron guitarras.
LLego el momento de enseñarle mi Martin, la misma guitarra que ha motivado este hilo, hoy en mejores manos que las mias y lo que es mejor aun, la garantia estadistica de que esa guitarra vivira muchos mas años en buenas manos, dado la edad que tengo ya.
Aquel hombre tocaba, observaba hasta el ultimo rincon y meditaba....al rato me comentó.
-Somos capaces de hacer mejores guitarras que esta, con mejores maderas pero jamas podremos imitar el espiritu y la magia que posee esta guitarra-
No es literal....pero muy proximo y lo que no puedo relatar es la veneracion que demostraba ante ella, como la acariciaba...!!!
Pero dejando esa pequeña historia de lado, voy al tema objeto de este post.
Os presento a Bruce Van Wart, con el que hemos intercambiado desde entonces tarjetas navideñas y poco mas.
No obstante no pudo atender mi pedido de una sola guitarra, la produccion era inferior a 500 guitarras al año y estaban todas en "back order" por parte del mercado interior USA, pero me prometio que si algun dia podian exportar a europa, se lo pidiera de nuevo y trataria de satisfacerme. Cosa que no he hecho desde entonces y ya ando muy viejuno para meterme en camisas de once varas.
Me entero con satisfaccion que es el Primer oficial artesano mas antiguo de la firma, asi se denomina el mismo y la literatura oficial de Collings.
Pero han pasado 20 años y le veo con gafas y calvo, el bigote es el mismo.
Hay numerosos videos en los que Bruce nos cuenta cosas sobre la madera , y otros aspectos ,no solamente de Collings, ya que esta involucrado en una Escuela de Luteria.
https://www.youtube.com/watch?v=2hcI8LpD5V0
Hay varios videos mas junto a este.
En la confianza de haberos entretenido un rato.
Juan.